Con nuevos espacios educativos los chicos de la sede Santa Matilde viven la magia del juego entre risas y brincos.
Los niños al jugar comprenden e incorporan valores para su vida, reflexionan más y desarrollan con creatividad respuestas afirmativas frente a situaciones concretas, con el despliegue de las habilidades y competencias tanto cognitivas como sociales y emocionales. Al desarrollar estas habilidades están en la capacidad de relacionar y poner en práctica todo ese saber-hacer desde su ser.
Estos aprendizajes favorecen en los niños y jóvenes, el saber trabajar en equipo, cooperar y ayudar especialmente a los más pequeños, entender cómo pedir ayuda, seguir instrucciones, manejar sus emociones, comprender las perspectivas de los otros y poder negarse apropiada y asertivamente a las peticiones de otros.
¡Nuestra alegría es la mirada de un niño feliz! Dijo la Primera Dama Victoria Eugenia Palacio Hernández.
Texto editado por: Prensa